viernes, marzo 09, 2007

Opninión por Santiago Macias

Intento de borrado masivo de memoria
La decisión del Gobierno en el caso del etarra Iñaki De Juana Chaos demuestra hasta qué punto un Estado democrático debe estar en todo momento por encima de los asesinos, llevándole en ocasiones a tomar medidas que, aunque dentro de la legalidad, resultan tan impopulares y dolorosas como difíciles de explicar.Y más cuando los que están pidiendo esas explicaciones son los primeros que deberían darlas. Pero lejos de hacerlo hoy han elegido el camino de la confrontación, de la distorsión de la realidad, de la intoxicación de la información y del ejercicio continuado de malabarismo ideológico y doble moral.
Empeñados en una operación de borrado masivo de memoria, pretenden que los españoles olvidemos que Mariano Rajoy, siendo ministro, excarceló a 14 miembros de ETA o que Ángel Acebes hizo lo propio con otros 23 terroristas. Por poner un ejemplo, solo entre 1996 y 1997, coincidiendo con el secuestro de Ortega Lara, el Gobierno de Aznar reagrupó a 43 presos en cárceles del País Vasco o de las cercanías. El entonces presidente cedía así a las pretensiones de la banda terrorista buscando una liberación que finalmente tuvo lugar.
Más graves son los casos de Miguel Sarasqueta, excarcelado por razones humanitarias con una condena sin cumplir por cinco asesinatos o Iñaki Bilbao, que fue puesto en libertad y poco después asesinó a un concejal socialista. Pero todos aquellos intentos fueron respaldados tanto por el PSOE como por el resto de los partidos de la oposición; una actitud que permitió llevar a cabo la política antiterrorista a quien le correspondía -al Gobierno- y que dejó para la historia una imagen que difícilmente se repetirá: La de todos los españoles unidos contra el terrorismo, con independencia de su ideología.
En aquel momento, nadie se sintió ultrajado desde la cúpula de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, entidad que en la actualidad no duda en salir a la calle sujetando la misma pancarta que los que sí concedieron numerosos beneficios penitenciarios y hoy les manipulan. Y lo hacen por una medida que no contempla la excarcelación, si no un traslado al País Vasco para cumplir el resto de condena. Ni se le indulta ni se le libera, si no que se le aplica prisión atenuada por su estado de salud.
Eso no es cierto, como tampoco lo es que la medida afecte a una condena por los crímenes que cometió. De Juana Chaos ya cumplió la pena que le fue impuesta por sus 25 asesinatos, de forma demasiado prematura pero gracias, en parte, a un Código Penal sin actualizar y algunas decisiones del Gobierno de José María Aznar. Una de ellas, por ejemplo, fue la publicación de un libro por parte del etarra que, a pesar de su contenido, supuso una gratificación de un año de reducción de pena. Y es por una publicación similar por la que actualmente cumple condena.
En contra de la visión de algunos, el Gobierno ha realizado un ejercicio de responsabilidad, sacrificando unos cuantos puntos en el ranking de popularidad pero evitando que la muerte convirtiera a De Juana Chaos en un mártir dentro del entorno de ETA, cuando lo único que ha demostrado ser es un asesino.

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