martes, marzo 20, 2007

HELENA FIDALGO
Libertad con ira

Un sábado sin manifestación del PP es como un jardín sin flores. Ya estamos todos los españoles preguntándonos qué se les ocurrirá para la próxima semana, y para la siguiente, y así hasta el fin de los días o hasta que se les desgasten las suelas de los zapatos de tanto patear calles. Qué hartura. Lo de esta gente ya no es oposición, es puro vicio. Tras descubrir el encanto de la bronca al aire libre, esa belleza en la ostentación de banderas que tanto encandiló a Mariano, se han lanzado a ejercer de pancarteros honorarios con la fe del converso. Sin descanso, haciendo gala de un entusiasmo digno de mejor causa, ahí están ellos, el Equipo A de las manifas, dispuestos a dirigir sus autocares allá donde haga falta. Incluso han inventado un nuevo concepto de protesta: la manifestación preventiva.
Ni más ni menos. Eso es lo que hicieron la semana pasada, cuando acudieron en auxilio de su filial UPN para reclamar enérgicamente que Navarra siga siendo Navarra. La verdad es que a nadie se le había ocurrido que fuera a dejar de serlo, pero da igual. Por si acaso. '¡Navarra no está en venta!', gritaban, '¡España, España!' '¡A por ellos, oé!', decían, mientras cantaban lo de la libertad sin ira, en una confusión delirante que más bien parecía la caricatura de una apoteosis futbolera. Semejante esperpento no tenía sentido ni motivo alguno, era una solemne tontería, sólo explicable por el deseo de aprovechar el tirón publicitario de cara a las elecciones. Por cierto, ahora que caigo, como cunda el ejemplo me veo a otros partidos regionalistas llamando a los chicos de Aznar para que les hagan la campaña. En este país somos muy copiones, y en seguida nos viene bien la idea del vecino. Por ejemplo, aquí podríamos corear: ¡el Bierzo no está en venta! Y si cuela, lo mismo conseguimos la tan llorada categoría provincial, injustamente perdida, ay, en tiempos de Maricastaña.
La manifestación pública está considerada como una de las libertades políticas y es un derecho fundamental en democracia. Sirve para expresar una opinión y para que se escuche la voz de quienes no tienen otro modo de hacerse oír. Pero no resulta lógico que este procedimiento sustituya a la actividad parlamentaria normal. Tampoco es de recibo que se convierta en costumbre. Una manifestación tiene que ser algo extraordinario, que pierde su validez y su eficacia cuando se repite hasta la náusea, sin causa justificada y de manera grotesca. El Partido Popular, a quien se le debería suponer al menos un poquito de seriedad, está consiguiendo transformar algo saludable en una forma torcida de difundir mentiras y crear sombras donde no las hay. Un oficio de tinieblas utilizado para desahogar su frustración por haber perdido el poder. Qué descrédito y qué coñazo. Y qué manía de marear a los ciudadanos, cuyos problemas son bastante más importantes, bien ajenos este necio pasatiempo de su libertad con ira.

viernes, marzo 09, 2007

Opninión por Santiago Macias

Intento de borrado masivo de memoria
La decisión del Gobierno en el caso del etarra Iñaki De Juana Chaos demuestra hasta qué punto un Estado democrático debe estar en todo momento por encima de los asesinos, llevándole en ocasiones a tomar medidas que, aunque dentro de la legalidad, resultan tan impopulares y dolorosas como difíciles de explicar.Y más cuando los que están pidiendo esas explicaciones son los primeros que deberían darlas. Pero lejos de hacerlo hoy han elegido el camino de la confrontación, de la distorsión de la realidad, de la intoxicación de la información y del ejercicio continuado de malabarismo ideológico y doble moral.
Empeñados en una operación de borrado masivo de memoria, pretenden que los españoles olvidemos que Mariano Rajoy, siendo ministro, excarceló a 14 miembros de ETA o que Ángel Acebes hizo lo propio con otros 23 terroristas. Por poner un ejemplo, solo entre 1996 y 1997, coincidiendo con el secuestro de Ortega Lara, el Gobierno de Aznar reagrupó a 43 presos en cárceles del País Vasco o de las cercanías. El entonces presidente cedía así a las pretensiones de la banda terrorista buscando una liberación que finalmente tuvo lugar.
Más graves son los casos de Miguel Sarasqueta, excarcelado por razones humanitarias con una condena sin cumplir por cinco asesinatos o Iñaki Bilbao, que fue puesto en libertad y poco después asesinó a un concejal socialista. Pero todos aquellos intentos fueron respaldados tanto por el PSOE como por el resto de los partidos de la oposición; una actitud que permitió llevar a cabo la política antiterrorista a quien le correspondía -al Gobierno- y que dejó para la historia una imagen que difícilmente se repetirá: La de todos los españoles unidos contra el terrorismo, con independencia de su ideología.
En aquel momento, nadie se sintió ultrajado desde la cúpula de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, entidad que en la actualidad no duda en salir a la calle sujetando la misma pancarta que los que sí concedieron numerosos beneficios penitenciarios y hoy les manipulan. Y lo hacen por una medida que no contempla la excarcelación, si no un traslado al País Vasco para cumplir el resto de condena. Ni se le indulta ni se le libera, si no que se le aplica prisión atenuada por su estado de salud.
Eso no es cierto, como tampoco lo es que la medida afecte a una condena por los crímenes que cometió. De Juana Chaos ya cumplió la pena que le fue impuesta por sus 25 asesinatos, de forma demasiado prematura pero gracias, en parte, a un Código Penal sin actualizar y algunas decisiones del Gobierno de José María Aznar. Una de ellas, por ejemplo, fue la publicación de un libro por parte del etarra que, a pesar de su contenido, supuso una gratificación de un año de reducción de pena. Y es por una publicación similar por la que actualmente cumple condena.
En contra de la visión de algunos, el Gobierno ha realizado un ejercicio de responsabilidad, sacrificando unos cuantos puntos en el ranking de popularidad pero evitando que la muerte convirtiera a De Juana Chaos en un mártir dentro del entorno de ETA, cuando lo único que ha demostrado ser es un asesino.

jueves, marzo 08, 2007

Opinion por Maribel

REFLEXIÓN
Maria Isabel Frey Cela
Una servidora en la medida de lo posible no suele perder las formas, intenta ser tolerante (muy en auge) y respetuosa con los que no opinan como una, desde la distancia y con el sentimiento dolido desde lo más profundo de mi alma no puedo por más qué sacar a la palestra al asesino de marras.
Ahora aquel tipo en los huesos que veíamos postrado en la cama del 12 de Octubre conectado a la teta intravenosa en la fotografía obscena de su propio abogado, es todo un héroe, llega a su país y se baja tan fresco de la ambulancia por su propio pie, ya toma sus primeros calditos, mientras sus camaradas descorcha botellas de champán celebrando la hazaña de su pulso ganado.
Lástima que aún esqueleto tenga tan buen estomago el héroe para lo que no lo tenemos nosotros. El charco de sangre tras el tiro en la nuca del concejal que juega una partida al tute en la cantina del barrio.
Los pedazos de un cuerpo de un Teniente de la Guardia Civil que paseaba de la mano de su hijo por la calle.
Volar por los aires el coche oficial de un oficial del ejército junto con su conductor.
El cubo donde el funcionario de prisiones secuestrado dejaba sus necesidades en aquella ratonera de dos metros cuadrados.
La sien recién aplastada bajo los escombros de una Terminal de aeropuerto.
El mar de lágrimas de veinticinco familias destrozadas por las celebradas hazañas del héroe.
El hijoputa del héroe sonríe tras la huelga de hambre con una carcajada estruendosa que nos espanta el ánimo. El pobrecito anoréxico del pene en erección y la compungida novia con ganas de juerga, ya contradice el negro parte facultativo que le aventuraban todos los pronósticos de muerte inmediata.Que bien parecen sentarle los calditos al heroe.Puede que ya se haya tomado el primer chuletón de buey.Fijaros como la huelga de hambre, con toda su eficacia para despertar la suprema humanidad. Sirve para chantajear pero con matices. Sí, para exigir mejoras penitenciarias. No, para luchar por sus afanes independentistas, desde luego, para esto último, al héroe le parece muchísimo más saludable cepillarse indiscriminadamente una s cuantas vidas ajenas que poner en peligro la propia mediante el ejercicio de su estricta dieta. Así que ahí tenemos al héroe, agasajado por todos los suyos, mientras nosotros lloramos a los nuestros, el seguirá jactándose de manipular un explosivo colocado en los bajos de un coche opresor que ahora vuela por los aires