jueves, marzo 16, 2006

OPINION

CARMEN RAMOS
Como está el servicio
Mientras parte del mundo vive pendiente de la visita de la Infanta al terruño para entregar un premio a alguno que seguro que se lo merece, los de a pie, siempre ligados a las cosas más terrenales y de andar por casa, siguen pegándose por una cama en el Hospital.
Y es que la cosa vuelve a estar fastidiada y mucho más a la hora de hacerse un hueco para poner al día la maltrecha salud y asegurarse la consulta del especialista de turno al menos una vez al día.
La historia se repite más que el ajo (y lo que te rondaré morena) y la pescadilla vuelve a morderse de nuevo la cola. No hay espacio, menos camas y, para colmo, a los de a pie no se les ocurre otra cosa que ponerse de acuerdo a la hora de subirles la fiebre. No me extraña que los pacientes estén que trinen y los profesionales no han hecho labor soportando tanta presión. Es lo que tiene trabajar a destajo.
Es la guerra de los picos asistenciales que al final va a provocar un 'chute' colectivo que nos llevará a todos a la UCI. La que con suerte se libra es la vaca villafranquina, de Paradaseca para más señas, que parió trillizos, tres jatos como 'jabatos', y se quedó tan ancha. Menos mal que no necesitó cuidados intensivos, con la que está cayendo.
Comisiones Obreras ha levantado el hacha de guerra y ha llamado a los enfermos a las barricadas. Cada uno que se las apañe como pueda, pero a poder ser que quede constancia y por escrito. Que el Sacyl se entere de que los enfermos están hacinados, compartiendo intimidad, juntos como hermanos, sin tan siquiera poder mear a gusto, pero, eso sí, sólo por unos días, que luego llegarán las altas incentivadas.
Para servicio, el que esperan los vecinos de Cuatrovientos y que no acaba de llegar. Pues que sigan esperando. El caso es que ahora el Sacyl dice que a ver si allá por el mes de abril se consigue al fin que las obras del centro de salud puedan llegar a publicarse en el Bocyl. La cosa iba para mediados de febrero, pero el parto parece que se resiste.
La preñada estaba tan a punto que al final no acabó de romper aguas. Esto no hay cesárea que los resuelva. Resulta que la comisión de Urbanismo aprobó hace apenas una semana la cesión de los terrenos. Para perderse del todo. Cuando creíamos que el problema del suelo estaba más que resuelto. Ilusos.
La cosa parece que se la juegue más en los círculos electorales y quizás se baraje como uno de las grandes obras a inaugurar para buscar el apoyo de un barrio lleno de rojos.
Que más da. Siempre nos quedará Zapatero para poder echarle la culpa. Quizás la mochila de Rajoy –ya más pesado que Pocholo– también tenga algo que ver.
el mundo- la crónica

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